Transición energética, hidrógeno verde… El camino hacia una aviación sostenible en España

La Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) presentó, el pasado 11 de noviembre, el Libro Blanco para la Sostenibilidad de la Aviación en España: El camino hacia una aviación verde. Este proyecto, como apuntó la directora del AESA, Isabel Maestre, tiene como objetivo identificar los retos de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) para impulsar una aviación sostenible en España. Además de contribuir a los objetivos medioambientales del sector en Europa y en el ámbito global.

El libro es obra del Centro de Excelencia de Sostenibilidad de AESA, integrado por expertos del ámbito de la Universidad, la industria y la investigación. Desarrolla el análisis de este camino hacia un transporte aéreo verde asentado en tres retos: cambio climático y transición energética, economía circular y medio ambiente local.

El cambio climático y la transición energética

Los principales campos de trabajo en el reto del cambio climático y la transición energética son las emisiones de gases de efecto invernadero y los Combustibles Sostenibles de Aviación. Dentro de este segundo apartado, explicaron en la presentación del libro, “se están desarrollando proyectos para cuantificar el potencial de producción nacional y su eficiencia. También se apunta al desarrollo del uso eficiente y rentable de los residuos como materia prima renovable para combustibles sostenibles, particularmente de aquellos que actualmente se destinen a vertedero o incineración”.

Entre los combustibles sostenibles se enmarca el uso de hidrogeno verde, que se ha definido como “el combustible del futuro”. Por ejemplo, Airbus ya ha presentado sus ambiciosos proyectos de tener aviones comerciales volando con esta tecnología para 2035.

En cuanto a las emisiones de gases de efecto invernadero, el sector aéreo representa aproximadamente 2 % de las emisiones mundiales de CO2 producidas por la actividad humana –de acuerdo con el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático IPCC–. Los Estados Miembros de la Organización Internacional de Aviación Civil (OACI), junto a la industria de la aviación, han establecido el objetivo de limitar cualquier aumento anual en las emisiones totales de CO2 de la aviación civil internacional por encima de los niveles de 2020. De forma adicional, el sector se marca como deseo el mejorar anualmente un 2 % en la eficiencia del uso del combustible hasta 2050.

La economía circular para una aviación sostenible

La economía circular es otro de los grandes desafíos y ahí se encuentran dos objetivos básicos. Uno de ellos es ampliar el reciclaje de aviones. Se pretende lograr mediante el desarrollo de productos con mejor comportamiento ambiental teniendo en cuenta el ciclo de vida completo. Por añadidura, se destaca el desarrollo de la industria 4.0 (potenciación de tecnologías de la información en procesos de producción).

El otro, siempre tendente a lograr una aviación sostenible en España, es la gestión de residuos. Las metas en este caso son minimizar el uso de recursos naturales, especialmente los no renovables. También limitar y controlar el de productos que requieran posterior tratamiento (tóxicos y peligrosos), y promover la reutilización de agua depurada para usos compatibles.

El medio ambiente local y la aviación verde

El tercer gran reto para alcanzar un transporte aéreo verde, es el medio ambiente local. Está centrado en tres ejes fundamentales. El primero, las emisiones acústicas, con el desarrollo de procedimientos de abatimiento acústico basados en el uso de nuevas tecnologías y en la aplicación de técnicas novedosas.

El segundo eje es la calidad del aire. Se pone el foco en la necesidad de promover la innovación y el uso de vehículos de handling de cero emisiones. Adicionalmente, piensan en desarrollar tecnologías de propulsión más limpias, donde también se baraja el uso de hidrógeno.

El último eje de trabajo ha sido la evaluación medioambiental y la diversidad. Los expertos hacen hincapié en la importancia de innovar en la minimización de residuos de aeronaves y aeroportuarios. Así como en una reducción en el uso de productos químicos peligrosos o recursos escasos en la fabricación, operación y mantenimiento de aviones y motores.

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